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sábado, 2 de enero de 2010

UNA NAVE DE OBSERVACIÓN EN DEVON -10-


La tarde del 24 de abril de 1965, iba a producirse en la aldea de Scoriton en South Devon (Inglaterra), un hecho que la iba a hacer entrar permanentemente en los anales de la historia de los ovnis. Hoy, más de veinte años después, sigue sin resolverse el enigma del encuentro de Scoriton. Sin embargo, puede ser interesante dar un nuevo repaso a lo que sucedió, para ver si se puede arrojar alguna luz sobre esa increíble serie de coincidencias, que unieron inexplicablemente el nombre de George Adamski a una aldeita de Devon y a un hombre llamado Bryant.
Ernest Bryant, era un hombre inteligente, sociable y que normalmente se sentía a gusto en compañía. Leía poco, fuera de los diarios, pero tenía la suerte de tener un sentido común natural, que le hacía captar rápidamente las cosas. Su amor por el campo le llevó a trabajar de jardinero, y en su tiempo libre se entretenía en arreglar y cuidar su moto.
Aproximadamente a las cinco y media de la tarde del 24 de abril, acababa de tomar el té, y estaba dudando entre ir a dar un paseo o quedarse en casa, cuando de pronto se apoderó de él la fuerte convicción de que tenía que salir. Era como si alguien le dijese: "¡Vamos, ven, te necesitamos!". Así que salió andando de su casita hacia Scoriton Down, sin sospechar que iba a convertirse en una figura clave de uno de los encuentros más extraños que se recuerdan.
El día estaba frío y Bryant caminaba a paso vivo por el sendero. Al llegar a Down se volvió con la intención de mirar al pueblo, porque le gustaba mucho la belleza de aquel paisaje. En vez de disfrutar del panorama, Bryant cuenta que se encontró frente a un gran objeto en forma de platillo, de unos 65 mts. de diámetro, que surgió repentinamente de la nada. Se elevó un poco, se corrió hacia la izquierda y luego a la derecha, antes de quedarse inmóvil a unos treinta metros frente a él, donde quedó suspendido aproximadamente a un metro del suelo en un silencio total.
El asombro de cómo un vehículo, del tamaño que fuera, podía moverse sin ruido y quedarse suspendido a tan poca distancia de tierra, dejó transpuesto a Bryant. En parte estaba asustado y con ganas de correr, pero una curiosidad más fuerte que él le hizo permanecer allí. Antes de que pudiera decidirse, se abrió en el platillo una puerta, que se corrió hacia arriba, desapareciendo en el techo. En la abertura aparecieron tres figuras vestidas con unos trajes que Bryant consideró de buzo, con escafandras y todo. Después de mirarle por un momento, una de las figuras le llamó con los dos brazos extendidos. Olvidándose de su miedo, se adelantó, saltó sobre el portillo que cerraba el camino y se acercó al mismo.
Los tripulantes se estaban quitando las escafandras unos a otros, y Bryant, al ver sus rostros quedó asombrado por el aspecto de dos de los hombres. Tenían la frente muy alta, largo cabello rubio hasta los hombros y ojos de un intenso color azul con pupilas como las de los gatos. Respiraban con alguna dificultad, tenían el rostro pálido y no tenían pulgares en las manos, sino sólo cuatro dedos. Al momento se dio cuenta de que eran de otro mundo. La tercera persona tenía el aspecto normal de un ser humano; el cabello castaño y corto, ojos castaño oscuro, y parecía un chico de unos quince años. Su traje, que a Bryant le pareció de una talla demasiado grande para él, era de un material parecido al papel de plata, y el cinturón con una hebilla en forma de sol radiante, le estaba algo flojo también. Sus botas, como las de los otros dos seres, tenían gruesas suelas y no hacían ruido al andar. Parecía ser el jefe del grupo y actuaba con más desenvoltura que los otros dos.
Bryant recuerda que el muchacho le habló, pero que los otros dos individuos se mantuvieron en silencio: Me llamo Yamski, dijo (o al menos sonó como algo así). Tenía la impresión de que era un ruso, aunque se le notaba acento americano; pero cuando le pregunté de dónde había venido, la respuesta fue: "Somos de Venus". Debí de poner tal cara, que se volvió a los otros y les dijo: "Ojalá Des Les estuviera aquí; entonces comprendería". Me extrañó que dijera aquello, ¿se dan cuenta? Hasta entonces los otros dos no habían hablado, pero parecían muy interesados en un grupo de veinte o treinta ovejas que estaban en el campo de al lado.... Nunca pude saber por qué quizá no habían visto ovejas en su vida. Tampoco las ovejas parecían alteradas por la presencia de la nave, lo que es extraño, ya que son unos animales propensos a espantarse por la menor cosa.
Yamski siguió diciendo: "Hemos venido a informarte. Una de las razones para establecer contacto contigo es porque eres de origen gitano, como yo. Tengo que darte un recado". Al parecer este individuo había sido amigo de Des o Les y quería decirle que sólo ahora se daba cuenta de todo el trabajo que había realizado en sánscrito. Pero estaba desilusionado con Des porque en los últimos cinco años había cambiado de actitud. Al decir esto, sus ojos se humedecieron y se dio media vuelta como para meterse en la nave. Yo no podía imaginar como me las iba a arreglar para comunicar aquel recado. Yamski dijo: "Ya haremos para que venga junto a ti". (Yo entonces no tenía ni idea de quien era Desmond Leslie). Yamski siguió diciendo que él y aquellos hombres iban a aportar pruebas de una maravillosa vida que estaba fuera de los límites de nuestra comprensión. También habló del peligro de las fuerzas de otro planeta, que se apoderaban de personas para la procreación. Cuando le preguntó cómo íbamos a poder saber que habían llegado, los tres parecieron muy divertidos, y Yamski me dijo que ya estaban aquí, bajo las especies del fenómeno que llamamos poltergeist.
Bryant, que era un hombre de mente, acostumbrado a lo mecánico, estaba convencido de que los tripulantes tenían dotes telepáticas, ya que en un momento en que se puso a pensar cómo volaría aquella nave, se inclinaron inmediatamente hacia él y le ayudaron a subir a cubierta, enseñándole todo el platillo, que estaba dividido en tres compartimentos triangulares en los que había sólo un lecho acolchado. Sobre cada lecho había una luz triangular en el techo. Cerca de la entrada había un armario empotrado donde se guardaban las escafandras y a no mucha distancia, una pantalla que parecía de Tv, pero por la que pasaban continuamente luces de colores, moviéndose de arriba a abajo. En el último compartimento, Bryant dice que pudo observar la única cosa que asoció con nuestro mundo. Sobre uno de los lechos había una túnica morada que llevaba maravillosamente bordada en la manga, una rosa. Primero pensó si sería una bata, pero no tenía cordón. La rosa encantó a Bryant por su belleza y porque parecía más real que bordada. Siendo jardinero, le resultaba algo familiar y que podía recordar bien.
Durante la visita a la nave no hubo conversación, pero Yamski le miró intencionadamente cuando llegaron a donde estaba la túnica y Bryant intuyó que aquel momento era importante aunque no sabía por qué. Cuando volvieron a la primera sección, Bryant preguntó cómo podía volar aquella nave, ya que no sentía los motores ni se notaba ninguna clase de vibración que denotase la presencia de maquinaria.
Yamski dijo, muy seguro: "Movimiento ideo motor" (esto a mí no me dice nada, ¿y a Vds.?) y me prometió que volverían a visitarme de cuando en cuando: "Tú quédate atento a la luz azul por las tardes; dentro de un mes te traeremos pruebas de Mantel]". Yo no tenía ni idea de lo que significaba aquello; el nombre me sonaba a extranjero. Recuerdo que pensé para mi: "¡Ojalá hubiera aquí mucha gente para ver esto!". Yamski pareció saber lo que estaba pensando y me dijo: "Grandes cosas son realizadas por los que están solos". Entonces, por primera vez, hablaron los otros dos: "Muchas gracias, te estamos muy agradecidos". Yo salté al suelo, me aparte diez o doce metros y les dije adiós. Ellos me respondieron saludando alegremente con la mano, hasta que la puerta se cerró. Una vez cerrada, no la pude distinguir desde el exterior. En uno o dos segundos, el platillo se elevó a unos tres o cuatro metros y de pronto desapareció. Las ovejas parecieron quedar muy intrigadas y todas volvieron la cabeza en la dirección del vuelo, permaneciendo así cinco o seis minutos, después de lo cual rompieron filas y empezaron a moverse por el campo.
Yo me volví a casa a tomarme una taza de té, y a meditar profundamente sobre mi aventura. Sabía que tenía que esperar la llegada de Des o Les, y esperaba que llegase alguien; por lo que a mí tocaba, estaba en sus manos. No tenía ni la menor indicación de lo que quería decir movimiento ideomotor; de quién era Des Les ni Mantell...; eran muchos problemas, todos mezclados, los que me habían caído encima. Lo que más me obsesionaba era cómo un aparato de aquellas dimensiones  y sabe Dios lo que pesaría  apareciese, flotase y desapareciese, así por las buenas.
Bryant no tenía ni idea de que Mantell había muerto en América persiguiendo a un ovni detectado por el radar. Su caza había hecho explosión al acercarse al extraño aparato y muchos opinaban que aquello lo había destruido deliberadamente.
Poco más de un mes después, el 7 de junio, a las diez y media de la noche aproximadamente, Bryant que estaba a punto de meterse en cama, notó un profundo murmullo que fue aumentando rápidamente de volumen, hasta acercarse muy fuerte. Salió corriendo de la casa, a tiempo para ver una luz azul que se le acercaba desde el suroeste. Es interesante observar que el Señor Vega describió el platillo que fotografió en América del Sur diciendo que tenía una fuerte luz azul en lo alto de la cúpula. Después de uno o dos cambios de dirección, el aparato se puso encima de la casa de Bryant, se oyó un ruido parecido al de un portazo, y la nave se alejó en dirección nordeste, desapareciendo de pronto. A1 día siguiente, encontró una colección de tuercas y tornillos que parecían proceder de un avión y un tubo de cristal lleno de arena blanca y conteniendo un pequeño trozo de pergamino sobre el que estaba escrito en griego clásico "Adelphos Adelpho", es decir, "De hermano a hermano".
Aunque este aspecto de los dos encuentros de Bryant es interesante, no lo es demasiado para la teoría que quiero exponer referente a unas coincidencias bastante notables que aparecen en la primera visita. Las piezas que parecieron caer del ovni en la segunda, nunca han podido ser identificadas de una manera satisfactoria; por otra parte, la redoma de vidrio con la arena y el mensaje, recuerda el caso de Wheeler el venusiano, que presenté en el capítulo anterior.
En cuanto se tuvo conocimiento del caso, se empezó a investigarlo exhaustivamente. Bryant, que era una persona profundamente modesta, respondió cortésmente a todas las preguntas que le hicieron. Una y otra vez tuvo que repetir su historia, y tras muchas sesiones, quedó bien patente que estaba relatando una experiencia que para él había sido muy real. No hubo ninguna prueba de que se hubiese inventado la cosa, y no movió ni un dedo para buscar publicidad alguna; más bien tendía a rebajar las tintas, por el fastidio que le producía su familia.
Volvamos pues, a la escena de Scoriton Down el 24 de abril, y veamos una serie sin precedentes de factores que relacionan el caso de Bryant con Adamski. Por increíble que parezca, Adamski había muerto de repente en California, a más de seis mil millas de distancia, el 23 de abril; la víspera del encuentro de Bryant con el ovni y su principal tripulante "Yamski". Los venusianos de la nave, que se ajustaba al típico modelo de platillo explorador, se parecían a los que había visto Adamski en California, aunque con las manos diferentes, la tez más pálida y las pupilas de gato. Como rasgo idéntico, tenían las frentes altas y el largo cabello rubio. Su traje también era similar, una especie de mono de esquiar.
El nombre de Yamski es claramente una deformación de Adamski. Su acento era el mismo que el de Adamski y Bryant observó que, aunque parecía un muchacho, tenía la voz de un hombre adulto. Su cinturón, con la hebilla en forma de sol, es otro punto interesante. Adamski, cuando vivía, tenía una curiosa marca de nacimiento alrededor del ombligo con aquella misma forma. Yamski habla de Des Les, y todos sabemos que fue Desmond Leslie quien escribió con Adamski "Flying Saucers Have Landed" (Los platillos volantes han aterrizado). Menciona el trabajo en sánscrito realizado por Des, algo que Bryant no pudo haber conocido. También dice ser de origen gitano, como lo era Adamski, y sabe que Bryant es también de la misma sangre. La idea de que los ovnis estaban impulsados por el movimiento ideo motor, fue una convicción que Adamski tuvo toda su vida.
Tenemos después el increíble factor de la túnica con la rosa tan claramente bordada sobre ella, colocada bien a la vista para que Bryant se fije en ella, y el hecho de que éste tenga la impresión de que se trata de algo importante de recordar. Conocemos esta túnica por los escritos de Adamski, y ha sido un punto de conflicto que hizo que algunos de los seguidores más fieles de Adamski se preguntasen si no estaría pasándose un poco de la raya. Pero ahí está para que se entere todo el mundo, extendida ante los ojos de Bryant durante su visita a la nave. ¿Qué debemos pensar? .... ¿Por qué y cómo se nos ha montado todo este escenario en un rincón solitario del campo de Devon, a medio mundo de distancia de los lugares donde se desarrolló la vida de Adamski?...

De la lectura que antecede y que hemos trascrito literalmente del texto de Tansley; por cierto, dicho autor no parece creer en la existencia de los ovnis como objetos tripulados por inteligencias extraterrestres, podemos deducir que Adamski haba tomado un cuerpo, para ratificar la actuación pública durante los años anteriores.
En cualquier caso, el arcano de lo desconocido permanecerá cerrado, y tan sólo especularemos con la imaginación, lo que parece una evidencia; es decir: "Adamski seguramente era un mutante en misión sobre la Tierra, programando un cuerpo en su vida americana, y otro en su vida extraterrena".

1 comentario:

  1. BAH...VULGAR REFRITADO DEL LIBRO MENSAJEROS DE LA LUZ DE DAVID TANSLEY

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